
Ciudad del Vaticano. El papa Francisco ha regresado a una prisión para celebrar con los presos la misa In coena domini de Jueves Santo, que conmemora la última cena, y se ha arrodillado ante ellos para lavar sus pies, al tiempo que los ha animado a ayudarse entre sí, después de dos años en los que la pandemia había suspendido esta tradición.
A diferencia de los otros años, el Vaticano ha optado por mantener esta misa bajo una gran reserva y ni siquiera anunció el paso del papa por esta cárcel, la sexta que visita por Jueves Santo en la última década, desde 2013.
Francisco, según ha confirmado la Santa Sede en un escueto comunicado al término del acto, ha celebrado misa este jueves por la tarde en la cárcel de Civitavecchia, en el litoral romano, junto a algunos presos a los que luego lavó los pies, como hizo Jesús con sus discípulos.
En las únicas tres imágenes difundidas por el Vaticano se ve al papa arrodillado ante los detenidos a pesar de su dolor de rodilla y a ellos, hombres y mujeres de diversas edades y nacionalidades, provistos de mascarillas.
Francisco exhorta a servir
Durante la misa, el pontífice ha explicado en una homilía improvisada que, con ese gesto, Jesús enseñó el valor de ayudarse entre sí. «Debéis lavaros los pies los unos a los otros; uno sirve al otro, sin intereses«, ha exhortado.
«¡Dios perdona todo y siempre! Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón. Cada uno de nosotros tiene algo que lleva en el corazón desde hace tiempo. Pidamos perdón a Jesús», ha exclamado.
Hacia la Pascua
El papa Francisco empezó así los ritos por el Triduo Pascual, los tres días que llevarán a la Pascua del próximo domingo, la décima de su pontificado.
El Viernes Santo, cuando los católicos conmemoran el calvario y muerte de Jesús de Nazaret, Francisco presidirá la celebración de la Pasión en la basílica de San Pedro, cuando tradicionalmente medita completamente tumbado ante la tumba del apóstol.
Se trata del único día del calendario litúrgico en el que no se celebra misa y, por eso, el pontífice y su clero se limitarán a escuchar y reflexionar la homilía del predicador vaticano, el cardenal y fraile capuchino Raniero Cantalamessa.

